Cuando tu empresa desarrolla su negocio en España, el estado español exige impuestos sobre los beneficios. Ahora bien, cuando tu empresa obtiene beneficios en otros países, estos países pueden exigir impuestos sobre los beneficios que se obtengan.
Por eso, hay que tener en cuenta muchos factores que determinarán la rentabilidad final del negocio en el extranjero: a qué tipo de gravamen tributaré en el país extranjero, cómo retornarán los beneficios a la matriz española o accionistas, qué obligaciones mercantiles tiene tu empresa en el extranjero, si se puede obtener algún beneficio de los Convenios internacionales…
Aparte de las obligaciones que tendrá la sociedad (u otra forma jurídica de tu empresa), hay que tener en cuenta que los empleados que desarrollen la actividad en el extranjero también estarán sometidos a unas nuevas reglas legales: el estado o territorio en el que desarrollen su actividad puede exigir impuestos sobre sus salarios y contribuciones a la Seguridad Social. Además, normalmente tendrán que cumplir con determinadas obligaciones legales migratorias y pueden estar sometidos a una diferente jurisdicción laboral, con las implicaciones que ello conlleva.
Por ello, creemos que a la hora de abordar tu negocio internacional es necesario tener en cuenta todos los factores en su conjunto para determinar la alternativa más eficaz:
– Tributación de los beneficios de la sociedad y retorno de los beneficios a los accionistas
– Obligaciones fiscales de los empleados que desarrollan su trabajo en el extranjero
– Obligaciones de Seguridad Social
– Exigencias del país extranjero en materia laboral
– Trámites migratorio
– Control de cambios y limitaciones al transferir dinero hasta España.
En Working Abroad te ofrecemos alternativas para que tu negocio internacional se desarrolle con la máxima garantía y eficacia.